lunes, 31 de marzo de 2008

El hombre que casi conoció a Michi Panero

Al fin traemos por estos lares un tema actual, o al menos bastante reciente, concretamente este ‘El hombre que casi conoció a Michi Panero’ se publicó por primera vez en el 2005.

A Nacho Vegas, autor de la canción que nos ocupa, lo conocí a través del disco que sacó junto con Enrique Bunbury en 2006: ‘El tiempo de las cerezas’, un doble álbum que, si bien no me apasiona, veo interesante su escucha, pues se pueden descubrir en él algunas pequeñas joyas musicales.

Nacho Vegas proviene de las primeras hornadas de grupos “indie” de España, que vieron la luz a principios de los 90 y que, por lo general, me espantan. Militó en Manta Ray hasta finales de dicha década, momento en el que abandonó la formación para iniciar su carrera en solitario.

Podemos definir a este asturiano como a un cantautor de música folk, intimista, de enrevesadas letras que se alargan hasta lo imposible y que se adentran en muchas ocasiones en el campo de lo onírico. A pesar de todo, en su música podemos reconocer fácilmente una tendencia al rock y, eso si, unas inquietudes creativas, por decirlo de alguna manera, poco ortodoxas.

‘El hombre que casi conoció a Michi Panero’ me cautivó desde la primera escucha. La letra, que no tiene desperdicio (recomiendo estar atentos a ella), rinde su particular homenaje a la figura de José Moisés Santiago (Michi) Panero Blanc, intelectual, literato sin obra alguna publicada, columnista, dandi, noctámbulo y mujeriego. Este destacado personaje del Madrid de los 70 y 80, abandonado por casi todos, falleció en Astorga (ciudad de su infancia) en 2004, víctima, tal vez, de la intensidad con la que apuró la vida.


El hombre que casi conoció a Michi Panero - Nacho Vegas



martes, 25 de marzo de 2008

Quiero besarte

Hoy os traigo un no se si muy conocido tema de los, por otra parte, conocidísimos Tequila. Alejo Stivel, Ariel Rot, Julián Infante, Felipe Lipe y Manolo Iglesias, en palabras de Diego A. Manrique, desvirgaron a este país (que es España) en cuestión de rock&roll. Un rock&roll de claras influencias “stonianas”, tanto en el sonido, como en la estética, desinhibido, contagioso, fresco y por supuesto, cantado en castellano (algo no tan habitual en aquella época como se pudiera pensar).

Tequila fue convertido rápidamente en fenómeno de fans, una estrategia de Zafiro, su discográfica, que supo aplicar la experiencia adquirida a mediado de los 60 con Los Brincos. Pero Tequila poseía la suficiente calidad y autenticidad como para gustar también a un público que demandaba otro tipo de música que no fuera la propuesta por grupos como Los Pecos o baladistas de toda índole.

‘Quiero besarte’ (1979) es un tema muy funky, con una de esas letras desenfadadas que firmaban los Tequila. Historias y experiencias muy cercanas para los jóvenes de la época (y, por qué no, para los de ésta y los de las que haya habido entre tanto).



Quiero besarte - Tequila


miércoles, 19 de marzo de 2008

First we take Manhattan

Corría el año 1988 cuando Leonard Cohen lanzó al mercado 'I’m your man', para algunos, obra cumbre, como músico y cantante, de este polifacético autor canadiense, nacido en 1934.

Yo aun era un niño, pero ya desde la primera vez que escuché a Leonard Cohen cantar aquello de “First we take Manhattan...” me atrajo su voz grave, a punto de romperse y el contrapunto que ofrecían los coros femeninos. Me atrajo la música que acompañaba a aquellas voces, muy de la época, con unos arreglos muy electrónicos. Y me atrajo el video clip que realizaron para el tema.

Recuerdo perfectamente haberlo visto varias veces por TV. Y recuerdo, también, como logró que mi interpretación de la historia que encerraba la canción fuese totalmente errónea. Mis conocimientos de inglés por aquel entonces eran mucho más limitados de lo que lo son ahora (si no nulos), e imaginaba que aquel señor de abrigo negro y voz ronca nos cantaba una especie de historia de amor y espías durante la Guerra Fría (misteriosos maletines, una chica, trenes que parten hacia la frontera, aquel papel arrugado con los nombres de Manhattan y de Berlín...)

Ahora se que la letra de la canción nada tiene que ver con lo que yo pensaba, si no que se trataba de una reivindicación de su obra y un ajuste de cuentas con su discográfica, Sony, que no quería en un primer momento producir el disco, tras veinte años de contrato con él (“They sentenced me to twenty years of boredom / For trying to change the system from within / I’m coming now I’m coming to reward them”).

Ya digo que aquel LP salió al mercado en 1988. En esos años los discos estaban fabricados en vinilo y aun se vendían singles. De alguna forma convencí a mi madre de que ella quería el single que contenía esta canción (supongo que realmente lo querría o que se dio cuenta de que era evidente que el que lo quería era yo). El caso fue que lo compró y, aunque no se trataba del tipo de música que se espera que escuche un niño de la edad con la que yo contaba en aquel entonces, no es menos cierto que escuché infinidad de veces la cara A del single en la cadena HI-FI que teníamos en casa.

Como cara B, ‘First we take Manhattan’ traía otro gran tema del canadiense: ‘Take this waltz’, una adaptación musicada del poema de Federico García Lorca ‘Pequeño vals vienés’. Pero para ser fiel a la realidad, he de decir que no recuerdo haber escuchado jamás esa canción en aquella pequeña joya de plástico negro. Se conoce que mis inquietudes musicales y mi curiosidad no dieron tanto de sí como para que le diese la vuelta al disco (qué más le podemos pedir a un niño).



viernes, 14 de marzo de 2008

Garota de Ipanema

Un sábado cualquiera a una hora indeterminada de esa tierra de nadie que es la madrugada, un aprendiz de noctámbulo regresa tras una noche de farra. Se sienta en la cama y conecta la radio. El volumen, al mínimo, la música es apenas audible, pero lo inunda todo como si se tratase de la luz de un candil. Un ritmo sosegado, sensual y contagioso, una melodía dulce como el acento de la voz que la acompaña. Un latido que se funde con los del propio corazón haciéndose uno solo.

Por la mañana, en otro lugar y otro tiempo, en un conocido café, los clientes parecen hipnotizados por algo que sucede en el exterior. Una chica baja por la calle en dirección a la playa, lo hace cada día. Más de uno de los contertulios acuden puntuales su “cita” para verla pasar. El mundo parece acompasarse con el ritmo que va marcando el vaivén de sus caderas, y en los corazones de dos de los presentes ese ritmo va tomando forma.

El latido que hace de eje común a estas dos historias se llama bossa-nova, termino que empleaban los jóvenes brasileños de los años 50 y 60 para referirse a cualquier cosa o estilo nuevo, y que con posterioridad pasó a denominar a una nueva forma de entender la samba. En la bossa-nova, la samba sale de la calle y entra en los clubs, donde se puede disfrutar de ella con tranquilidad y en los que termina fundiéndose con el jazz y el jazz con la bossa-nova enriqueciéndose ambos estilos con el encuentro.

En esta historia, el aprendiz nunca llegó a maestro, pero escuchando cada sábado aquel programa de radio, llegó a amar la bossa-nova. Por su parte los contertulios del afamado Café Veloso, inspirados por la chica que cada día bajaba a la playa compusieron esta preciosa bossa-nova titulada “Garota de Ipanema”. Los nombres de los protagonistas: Vinicius de Moraes, que en 1962 escribió la letra y Antonio Carlos Jobim que la musicalizó. El aprendiz y la chica también tienen nombre, pero no creo que aporten nada a la historia, por lo que los prefiero obviar.



Garota de Ipanema - Jobim/Moraes


lunes, 3 de marzo de 2008

En cualquier fiesta

Fernando Márquez ‘El Zurdo’ firma este tema en 1984. Una especie de canción de despedida, pues ese mismo año abandonará temporalmente los escenarios (no así su actividad creativa, que aunque discreta ha sido continua) y por ende La Mode, formación en la que militaba junto a Antonio Zancajo y Mario Gil

Es ‘El Zurdo’ un personaje que no despierta todas mis simpatías, pero al que respeto como artista y que a dado forma a algunas de las más hermosas canciones pop (a él debemos himnos como ‘Para ti’, de Paraíso). Con un sonido claramente influenciado por Roxy Music, y unas letras llenas de poesía y guiños literarios, Fernando Márquez ‘El Zurdo’ alcanza con La Mode su cenit creativo, pasando poco después de su marcha de la formación, al más absoluto ostracismo (esta desaparición del panorama cultural no fue deliberada y debemos quizá buscar las causas en ciertos asuntos de índole política).

En 1996, y por casualidad, llega a mis manos ‘Para ti...’, un álbum que Fernando grabaría en solitario un año antes y en el que hace un repaso de algunos de sus temas mas conocidos. Lo encontré, ya digo, por casualidad en una feria de coleccionismo (de las que era asiduo visitante). En ese tiempo todo lo relativo a la música de la década de los 80 era denostado, y yo me encontraba ávido por redescubrir lo que consideraba pequeñas joyas del pasado, así que no dudé en hacerme con el CD de aquel Fernando Márquez ‘El Zurdo’ del que algo había leído en las crónicas de la década pasada. El disco no me decepcionó en absoluto y, de hecho, posteriormente adquirí un doble (casi triple) álbum en el que se recogían todas sus grabaciones con La Mode y algunos temas de Paraíso (su anterior formación). El tecno-pop elegante que registraron en aquellos temas era un rara avis dentro de mi discoteca personal siempre más cercana al rock.

‘En cualquier fiesta’ sabe a baile de antiguos alumnos, a pre-resaca, a reencuentro, a elegancia decadente, a lazos que el paso del tiempo no logrará romper, a memoria y a olvido, a copas vacías en mesas a medio recoger de salas de fiesta a punto de cerrar, a descanso tras una vida tal vez demasiado intensa, a fuera máscaras, a Martini con soda, a traje blanco y pajarita él y vestido de noche ella, a añoranza por lo que aun está por llegar... La escuchaba en mi walkman mientras volvía a casa de la Facultad y me imaginada a mi mismo en el futuro como un viejo dandi bailando con la chica que, por aquel entonces, pensaba que se alejaría de mi vida irremisiblemente, y con la que, fantaseaba, me encontraría muchos años después, como dice la canción “en cualquier fiesta...”


En cualquier fiesta- La Mode



Blog colectivo sobre música, ecléctico por definición, en el que, a modo de viejos locutores de radio, cada cual pincha y comenta sus temas musicales favoritos.

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