miércoles, 8 de abril de 2009

The man who sold the world

La primera mitad de los años 90 son un poco extraños en lo musical. En nuestro país languidecían los héroes de los 80 sin que se llegue a producir relevo generacional alguno por parte de unos grupos indie que no terminan de cuajar. La escena británica se encuentra totalmente agotada y trata de mantener el tipo con grupos que no terminan de convencer. El único punto en el que parece florecer algo novedoso es en los EEUU, concretamente en Seattle, en el estado de Washington. Allí tiene lugar la eclosión de un sonido proveniente del indie, con claras influencias del punk e incluso del metal. Un sonido crudo, lleno de distorsiones y melodías repetitivas, se trata del grunge. Este estilo musical realmente tiene su origen en los años 80, pero no tiene repercusión hasta los primeros 90, en los que se da a conocer a las masas de la mano de bandas como Soundgarden o Nirvana. Pero la industria, ávida como estaba de novedades, fagocitó el género y lo devolvió convertido en un producto comercial con el que vender desde refrescos hasta coches. Esto supuso el fin del grunge, pues, convertido en moda, sus días estaban contados.

Este fenómeno de transformación de movimiento musical alternativo en producto comercial para consumo de masas lo sufrió de manera muy personal Kurt Cobain, líder de Nirvana que, que con serios problemas de adicción y una personalidad compleja no pudo soportar la presión de los medios. El 8 de abril de 1994 Kurt Cobain es encontrado en su casa después de haber puesto fin a su vida de manera voluntaria.

Kurt Cobain uno de los bastiones del sonido Seattle, ascendido a la categoría de mito por todo lo que rodea a su temprana muerte, es recordado, lamentablemente para él, por un concierto acústico que grabó en Nueva York para la MTV (de lo cual se arrepintió en posteriores declaraciones) y más concretamente por una versión que hizo en él de “The man who sold de world” de David Bowie, que no sólo no desmerece al original si no que para algunos (no me incluyo entre ellos) supera a la que en 1972 grabó el propio Bowie. Personalmente considero ambas versiones a la misma altura, si bien, conocí este tema a través del cover que Cobain interpretó en dicha grabación de 1993 con Nirvana. Disfruten de la desgarradora y melancólica interpretación que realiza de este clásico uno de los más recientes mitos del rock&roll.



The man who sold the world - Nirvana

2 comentarios:

Oulanem dijo...

Cobain murió aplastado por el peso de su fama (decía él que su máxima aspiración en el mundo de la música había sido tocar la guitarra rítmica en un discreto segundo plano, no convertirse en el frontman de la banda). En los tiempos que corren, sin embargo, la fama ha sustituido del todo al anhelo de genialidad como objetivo último en la escena musical y, claro, eso nos deja huérfanos de leyendas. De ahí que, en lo que va de siglo, no haya surgido ningún nuevo mártir del rock. Y que Amy Winehouse sea en la actualidad lo más parecido que tenemos a esos enfants terribles, tan hermosos y malditos, tan entrañables...

Delicioso post. Me alegra que "Subid la Música" resurja.

Saludos!

Sr. Cobo dijo...

'No more heros' cantaban los Stranglers...

La música en general y el rock, como parte de ella, va dejando de ser cultura (o contracultura) para transformarse de lleno y a pasos agigantados en mercancía. Supongo que para algunos estará bien... después nos extrañamos de según que fenómenos que surgen en torno a esta industria... en fin.

Gracias y bienvenido.

Blog colectivo sobre música, ecléctico por definición, en el que, a modo de viejos locutores de radio, cada cual pincha y comenta sus temas musicales favoritos.

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