lunes, 31 de agosto de 2009

Julia Reis

Loquillo y los Trogloditas habían puesto fin a la década de los 80 con el emblemático directo “A por ellos…” (1989) y afrontaban la nueva década con la ausencia en sus filas de Sabino Méndez, compositor de la mayoría de los éxitos de la grupo y uno de los principales autores de canciones de la década que acababan de abandonar. Parecían tenerlo todo en su contra, y sin embargo grabaron uno de sus mejores disco: ‘Hombres’ (1991) un éxito rotundo que consolidó a Loquillo y los Trogloditas en unos años 90 que, a la postre, resultarían bastante aciagos para la mayoría de las bandas que crecieron en los 80.

Con el disco casi terminado Loquillo recibe una cinta con una canción de un chico de Zaragoza. El “chico” en cuestión era Gabriel Sopeña, músico y poeta que tenía en su haber composiciones como ‘Apuesta por el Rock&Roll’ del grupo aragonés Más Birras, la canción: ‘Brillar y brillar’ (Loco no dudó un segundo en incluirla en su nuevo álbum). Ese fue el comienzo de una colaboración musical entre los dos artistas que dio como fruto el primer disco en solitario de Loquillo ‘La vida por delante’ doce poemas musicados por Gabriel Sopeña. Loquillo se quitaba la cazadora de cuero, e incluso el frac de “crooner” con el que ya había coqueteado y se acerca a la canción de autor en un momento en el que la banda necesitaba, según el propio José Mª Sanz, un tiempo para centrarse.

En este disco, que supuso una renovación del género, encontramos poemas de Octavio Paz, Pablo Neruda, Antonio Gamoneda y del propio Sopeña. Para mi se trata de una colección de canciones fundamental y puedo asegurar que irán desfilando una por una por Subid la Música.

‘Julia Reis’ es un trallazo de rock energético sobre un poema del jerezano José Mateos, que no deja un momento de respiro, pura vitalidad. Nostalgia, amores platónicos, veranos pasados y fiestas en pisos de estudiante. ¿Quién no ha conocido alguna vez a Julia Reis?



Julia Reis - Loquillo
lunes, 17 de agosto de 2009

Fever

Ya hace tiempo que dejaste atrás el umbral de la noche para meterte de lleno en eso que llamamos madrugada, territorio fronterizo en el que ya no es hoy pero tampoco mañana, en el que todo se vuelve una ensoñación o una pesadilla. El calor te impide conciliar el sueño, pero tampoco tienes ganas de dormir. Miras la luz que se filtra desde el exterior y se estampa contra el techo de tu habitación, buscando algo que no logras encontrar. Tu cabeza no deja de dar vueltas, todo se mezcla en una absurda receta en la que tienen cabida recuerdos, anhelos, esperanzas y mentiras. Hoy ponen la película de tu vida en las paredes de tu cuarto y tú la miras sin lograr verla. Por entre los visillos acompañada de una leve brisa que apenas te permite respirar brevemente, se cuela la banda sonora de la ciudad interpretada a base de sirenas, frenazos, voces, el arrullo de los neumáticos sobre el asfalto y las estridencias emitidas por el aparato de TV de algún vecino que como tú no puede dormir, pero al que, en cambio, no le gusta tanto el film que echan en su cuarto. Y sobre todos esos sonidos va tomando forma uno que termina imponiéndose al resto, al principio no es más que un eco formado por el latido de la noche, el zumbido del silencio, el propio calor que te envuelve y una voz que susurra cosas al oido, pero poco a poco va ganando intensidad silenciando todo lo demás. Es el ‘Fever’ de Peggy Lee que te envuelve y te traslada, que te reconcilia con la madrugada y pone fin a la emisión de hoy para llevarte a ese lugar donde no hay frío ni calor, donde no existe el verbo aburrir…



Fever - Peggy Lee
Blog colectivo sobre música, ecléctico por definición, en el que, a modo de viejos locutores de radio, cada cual pincha y comenta sus temas musicales favoritos.

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