martes, 22 de diciembre de 2009

Estrellas, Sol y Luna

Hubo un tiempo en el que la música la hacían niños. Niños libres, divertidos, traviesos e irreverentes que ignoraban las más básicas normas de civismo y ¡ay! también el peligro que conllevaban alguno de sus juegos. Sus maldades no eran más que eso, juegos, y sus juegos algunas veces parecían perversos. Pero ahora, visto desde la distancia, todo nos parece tremendamente inocente.

Hubo un tiempo (y un lugar) en el que en la música todo era inconsciente y divertido, como los niños.

Pero los niños crecen y muchos se convirtieron en adolescentes insoportables, otros en viejos grises y aburridos… la vida pasa.

Hubo un tiempo en el que la música estaba hecha por niños, y, como niños que eran gustaban de los villancicos. Cada uno eligió su favorito para cantarlo, y eso hicieron. Todos esos villancicos fueron registrados en una grabación, convenientemente plastificada y distribuida bajo el nombre de ‘Navidades radiactivas’ (1982).

A ese disco pertenece este ‘Estrella, sol y luna’ interpretado, en el más amplio sentido de la palabra, por uno de esos niños: Poch, el único tal vez que no dejo jamás de serlo, un Peter Pan que en lugar de crecer se fue haciendo cada vez más niño hasta que un 18 de septiembre de 1998 volvió al limbo donde aguardan los no nacidos.


Estrellas, Sol y Luna - Derribos Arias
jueves, 17 de diciembre de 2009

Muertos o algo mejor

Podríamos decir que la primera incursión dentro de la música de Christina Rosenvinge es en 'Ella y los Neumáticos' grupo en el que militaron (entre otros): Edi Clavo (posteriormente baterista de Gabinete Caligari) y Lars Mertanen (Décima Víctima). Christina vino a sustiruir a la cantante original del grupo, una compañera de facultad de Edi que abandonó poco después de grabar las primeras maquetas. De ellos se conserva alguna grabación anecdótica de baja calidad.

Después de esta pequeña aventura, se unió a Alex de la Nuez primero bajo el nombre de Magia Blanca, y posteriormente, tras la salida de Toti Árboles, como Alex y Christina, nombre con el que lograron un notorio éxito comercial con '¡Chas!, y aparezco a tu lado'. Se suponía que el proyecto iba orientado a realizar pop francés, pero la cosa fue tomando unos derroteros que nada tenían que ver con la idea que Christina Rosenvinge tenía en mente, por lo que finalmente el grupo se disolvió.

Tras ésto, Rosenvinge inicia una aventura con un grupo de amigos bajo el nombre de Christina y los Subterráneos. Estamos hablando ya de 1991, hasta ese momento apenas se había escuchado rock realizado por mujeres en este pais, por lo que su propuesta supone una novedad, novedad que alcanza un notable exito de crítica y público. Hasta entonces la intervención de las mujeres dentro del rock&roll patrio se limitaba en la mayoría de los ocasiones a la interpretación vocal, pero en el caso de Christina, ya desde su primer LP con los Subterraneos 'Que me parta un rayo' la totalidad de las canciones vienen firmadas por ella.

Bajo esta denominación de Christina y los Subterraneos saca otro álbum más 'Mi pequeño animal' (1994), para pasar a partir de entonces a firmar los trabajos con su propio nombre. 'Muertos o algo mejor' pertenece al segundo de estos trabajos, un disco que fue publicado en 1998 bajo el nombre de 'Flores raras'. Es en esta etapa de su carrera musical cuando se muestra la verdadera Christina Rosenvinge, pues si bien con los Subterráneos las canciones estaban compuestas por ella, se encontraba oculta bajo una pretendida coraza de rockera, de chica dura que nada tiene que ver con la vulnerabilidad que muestra en posteriores trabajos.

Tuve la oportunidad por aquel entonces (1997) de asistir a un concierto acústico de Christina Rosenvinge en el teatro de la Escuela de Ingenieros Técnicos y quedé maravillado. Apenas conocía nada de su trayectoria tras los discos con los Subterráneos, lo cual hizo aun más intensa la experiencia, puesto que cada canción que interpretaba era completemante nueva para mi. Esto, por otra parte se supone que es lo habitual en los conciertos de presentación (de ahí el nombre que reciben) pero yo nunca había estado en ninguno en el que no me supiese perfectamente todas y cada una de las canciones...

Me gusta mucho la forma de escribir de Christina Rosenvinge, como utiliza los clichés de las películas clásicas del cine americano con una facilidad asomborsa y sin rubor... "y este idiota se piensa que puede llamarme muñeca, soy capaz de jugar al ping-pong en su cabeza hueca..."



Muertos o algo mejor - Christina Rosenvinge
martes, 1 de diciembre de 2009

Blue Moon

Antes compraba muchos discos, primero en vinilo (unos cuantos), después en CD (muchos más). Compraba lo último de los que me gustaban (unos pocos) y compraba recopilaciones y serie media (discos baratos) como forma de investigación musical. Una de esas recopilaciones era un CD de rock&roll americano de los años 60 editado por un sello llamado Dog&Roll y que venía en una lata (parecida a las que se utilizan para lo rollos de celuloide). Compré dos de esos discos, traían canciones en común, pero cumplieron perfectamente su propósito: darme a conocer un poco más a los grandes clásicos del rock&roll, del rythm&blues y del doo-wop de finales de los 50 y primeros 60.

Una de esas canciones, repetidas en ambos recopilatorios, era la versión que The Marcels hicieran del tema de Richard Rodgers y Lorenz Hart ‘Blue Moon’ (1934). Esta canción ha conocido multitud de versiones a cargo de artistas de toda índole, sin embargo el acercamiento que realizaron esta banda eminentemente vocal desde el doo-wop me resultó de lo más interesante, máxime cuando la mayoría de versiones que había y he oído de ella son baladas o a lo sumo medios tiempos (al fin y al cabo se trata ya de un estándar).

No se mucho de la trayectoria artística de The Marcels, salvo que este 'Blue Moon' fue tal vez su mayor éxito y que su más reciente reunión fue en 1999 (40 años después de que se formase la agrupación) en un especial televisivo dedicado al doo-wop de los 50.

Todo un clásico de la música vocal americana de los años 50/60, un prodigio de voces que se entremezclan y complementan, espero que disfruten con este tema: ‘Blue Moon’ a cargo de The Marcels.



Blue Moon - The Marcels
jueves, 26 de noviembre de 2009

Veinticinco faroles

Desde la más absoluta ignorancia, con todo el atrevimiento que ésta me otorga y con el mayor de los respetos ante esta forma de entender la música, os vengo a hablar nada más y nada menos que de Juan Peña “El Lebrijano”. Uno de los mejores cantaores de su generación (según los entendidos). Un artista inquieto, en constante búsqueda e investigación de nuevas sonoridades, respetando la ortodoxia flamenca. Me atrae de él, aparte de su voz e interpretación, esta forma tan arriesgada de afrontar la música. Demasiado ortodoxo para los vanguardistas, demasiado vanguardista para los ortodoxos. Un artista controvertido, como casi todos los que me gustan.

La canción que propongo salió como single de su LP de 2001 ‘Sueños en el aire’, un disco que sigue en la línea de investigación que caracteriza a “El Lebrijano” y en el que como nota de exotismo (aunque cuando hablamos de Juan Peña, lo exótico es lo habitual) colabora con gitanos búlgaros en un interesante hermanamiento musical en el que juntos interpretan el himno internacional de este pueblo (‘Gelem Gelem’).

No puedo extenderme mucho porque entre mis referencias musicales no se encuentra el flamenco y mis conocimientos al respecto son breves. Eso explica, quizá, que haya elegido este tema de entre todos los que aparecen en el disco o ahondando más aun, de entre la extensa discografía del artista, pero es que fue a través de este ‘Veinticinco faroles’, radiada hasta la saciedad en las emisoras más comerciales, que me interesé por este artista. Una canción que contagia con su ritmo y enamora con la prodigiosa voz de “El Lebrijano”. Como dijo el Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez: “cuando Lebrijano canta se moja el agua”.



Veinticinco faroles - El Lebrijano
martes, 17 de noviembre de 2009

Rock&Roll Star

Hoy sale a la venta la caja especial con motivo del 30 aniversario de Loquillo en el mundo de la música, y con dicho evento tocan a su fin los especiales que desde Subid la Música le hemos dedicado a esta figura fundamental dentro del rock&roll. Mucho se ha quedado en el tintero: la etapa con Gabriel Sopeña y los discos de poemas, el homenaje que brindó a sus compañeros de generación con el doble álbum en directo ‘Compañeros de viaje”, la trilogía ‘Cuero español’, ‘Feo, fuerte y formal’, ‘Arte y ensallo’, el final de los Trogloditas con ‘Hermanos de Sangre’ y el primer disco de Loquillo después de la disolución de la banda: ‘Balmoral’.

‘Rock&Roll Star’ es el nombre que ha recibido este “box set” y con esta canción despediremos los especiales de Loquillo.

‘Rock&Roll Star’ fue compuesta por Sabino Méndez para el primer disco de Loquillo (aun sin los Trogloditas) ‘Los tiempos están cambiando’. Se trata de una de las pocas canciones originales del LP, compuesto en su mayor parte de versiones de temas anglosajones (Loquillo firmó contrato con la discográfica para grabar el disco sin contar con banda ni repertorio, por lo que hicieron lo que pudieron). Sorprende que un Sabino Méndez tan sumamente joven consiguiese facturar una canción de semejante calidad, pero es que estamos hablando de uno de los más grandes compositores rock.

“…En la lluvia podré mi corazón de rock&roll / y cuando me llene el cuerpo de anfetas y de alcohol / querré a alguien a mi lado que me recoja al caer / así, nena, tendré suerte de llegarte a conocer…”




Rock&Roll Star - Loquillo
lunes, 16 de noviembre de 2009

Hombres

Loquillo y los Trogloditas se enfrenta a la nueva década con un reto muy importante a superar, la ausencia del que hasta ahora había sido el principal creador de canciones de la banda. No debió ser fácil, pero Loquillo y los Trogloditas ya había dejado de ser un grupo de amigos con ganas de hacer ruido, para convertirse en una banda de rock&roll en toda regla, una factoría de música, una maquinaria que debía seguir funcionando aunque uno de sus motores se hubiese detenido. Así lo debió entender Loquillo y tomando las riendas, rodeado de buenos músicos y con lo aprendido en el camino se las apañó para parir uno de los mejores discos del grupo. En este ‘Hombres’ (1991) el tándem compositivo Fecé/Sanz se hace patente, copando la mayor parte de las canciones del álbum. No obstante esta primacía comienza a descender en las siguientes entregas de la banda, desapareciendo definitivamente en ‘Cuero español’ (2000) primer disco de lo que se podría entender como una trilogía (junto con ‘Feo, fuerte y formal’ (2001) y ‘Arte y ensayo’ (2004) en lo que supone una nueva etapa de la banda).

Entre los temas incluidos en ‘Hombres’ aparece una canción de Gabriel Sopeña, ‘Brillar y brillar’ que fue enviada por éste en forma de maqueta. A la postre Sopeña se convertirá en compositor de cabecera de Loquillo durante algunos años (llegan a sacar dos álbumes de poemas musicados por Gabriel Sopeña e interpretados por Loquillo sin los Trogloditas).

A Loquillo entre otros talentos, hay que reconocerle el de saber rodearse de grandes talentos, así a lo largo de estos 30 años ha contando con Sabino Méndez, Sergio Fecé, Gabriel Sopeña y en esta última etapa con Igor Paskual y Jaime Stynus, amen de las colaboraciones de amigos de otras formaciones como Carlos Segarra, Aurelio Morata o Jaime Urrutia, que han prestado composiciones al artista. Todo esto sin hablar de los grandes músicos que han pasado por las filas de los Trogloditas.

‘Hombres’ es un disco de rock maduro, cargado de guitarras afiladas. La canción que le da título y que apareció como primer single es una buena muestra de ello. Una canción en la que se autodefinen, una declaración de principios en la que enarbolan el orgullo ya no de ser hombres, sino de ser rockeros. Una canción interpretada (porque no puede entenderse de otra forma) con chulería, casi con desprecio hacia aquellos que los critican.

“A nuestros enemigos, porque ellos nos dan la fuerza para seguir adelante”
Jose Mª Sanz "Loquillo"

Hombres - Loquillo y los Trogloditas
jueves, 12 de noviembre de 2009

Cadillac solitario

Llega el año 1989, los ahora míticos 80 tocan a su fin y Loquillo y los Trogloditas tal como se conocían hasta la fecha también. Los problemas de adicción de Sabino Méndez, alma compositiva de la banda, hacen imposible contar con él, en su último disco de estudio habían tirado del cajón y utilizado canciones que se habían quedado fuera de los discos anteriores. Sabino estaba asimismo hastiado de la banda y de cómo aceptaban canciones que previamente habían rechazado por idénticos motivos. Este malestar interno contrastaba con su buen momento de popularidad, popularidad que se vió culminada con edición de un doble LP grabado en directo el 15 de diciembre de 1988 en la mítica sala Zeleste y que recibió el título de ‘¡A por ellos! … que son pocos y cobardes’.

Para este disco Sabino Méndez ya no pertenece a la banda, y su presencia sobre el escenario es tan sólo una colaboración. Su guitarra fue sustituida por la de Xavi Tacker y la influencia del pianista Sergio Fecé se viene reflejando desde ‘Mis problemas con las mujeres’ resultando a la postre el sustituto a nivel creativo de Méndez durante lo que supondrá una nueva etapa del grupo.

Este directo constituyó pues un antes y un después la banda. Vendieron unas 300.000 copias, llevaron a cabo una gira de más de 100 conciertos en un año, Sabino Méndez estaba fuera de la banda y tanto Loquillo como sus Trogloditas se encontraban subidos en una nube. Es en ese momento cuando el líder de la banda, Loquillo, percatándose de la espiral en la que se encontraban sumergidos, decide parar en seco y respirar hondo para poder replantearse el futuro de la banda.

Se trata de un magnífico resumen de la carrera discográfica del grupo hasta el momento, aunque deja fuera algunas de las mejores canciones como ‘María’, ‘No surf’, ‘Pégate a mi’ que serían rescatadas con posterioridad en el también doble álbum en directo ‘Compañeros de viaje’(1997). Pero para mí, de entre todas, destaca la versión que realizaron de ‘Cadillac solitario’, tal vez la mejor balada rock en castellano, en la mejor versión que jamás se ha hecho de ella. Una interpretación sublime de un Loquillo que suplía sus deficiencias vocales con talento, rabia y pasión (en recientes versiones en directo se nota más perfección vocal, lo cual redunda en un resultado menos visceral y a la postre mas ‘light’).

Fue la primera canción que aprendí a tocar y probablemente la única que realmente se tocar; eso la coloca en una muy buena posición dentro del ranking de mis preferidas, además de ser de las pocas canciones de las que casi me gusta más su versión en directo a la de estudio.



Cadillac solitario - Loquillo y los Trogloditas
viernes, 6 de noviembre de 2009

La mataré

El cuarto disco de estudio de Loquillo y los Trogloditas vino a llamarse 'Mis problemas con las mujeres' se trata de un disco muy ecléctico, el segundo en la multinacional Hispavox. La carga compositiva se reparte más que en los anteriores LPs, en los que prácticamente la totalidad de temas estaban compuestos por Sabino Méndez. Sabino había concebido para la ocasión un disco conceptual al que pretendía titular ‘¡Viva Verdi!’ y que giraba en torno al instinto y la pasión, del mismo modo que ‘El ritmo del garaje’ versaba sobre la vida de barrio y ‘La mafia del baile’ sobre la “apisonadora social que nos rodea” (Sabino Méndez [sic]). En la banda había un creciente malestar en torno a la dictadura compositiva de Sabino y Loquillo la resolvió repartiendo la selección de canciones, lo que dio al traste con la idea de disco de Méndez. Tenemos que entender que las ganancias por derechos de autor crecían del mismo modo que la popularidad de la banda y todos querían un pedazo del pastel.

Sabino Méndez no pasaba por su mejor momento ni dentro de la banda, ni de cara a los responsables de la discográfica. De hecho, como cantaran años después en el tema ‘La policía’ del LP ‘Morir en primavera’ a la discográfica les debía irritar la pinta de los miembros de la banda porque decidieron dejarlos fuera de la portada de ‘Mis problemas con las mujeres’. Perjudicaban, según decían, la imagen del grupo de cara a la venta de discos.

Portada de 'Mis problemas con las mujeres' (1987)

Cuando se lanzó el álbum recibió una moderada acogida y no despuntando hasta que la discográfica decidió sacar como single ‘La mataré’, una mezcla de rock&roll con la rumba más callejera y misógina, con lo que lograron finalmente el disco de oro. Este disco supuso el principio del éxito masivo y de las giras interminables de Loquillo y los Trogloditas pero también el fin de la primera etapa de la banda que se cerrará con el disco de estudio ‘Morir en primavera’ y definitivamente con el directo ‘A por ellos…’

Es imposible que ‘La mataré’ sea la primera canción de Loquillo que escuché en mi vida, pero si es la primera de la que tengo plena conciencia de haber escuchado, y desde luego, la primera que tuve en un vinilo en casa para escucharla a placer. Me encantaba y me encanta su inmediatez, su pasión, la rabia que destila… en esa etapa fronteriza de la vida que es la adolescencia, me sentía plenamente identificado con una letra como la de esta canción, tan extremista, carente de medias tintas. No habla de un maltratador, habla de un chaval que se enfrenta tal vez al primer desengaño, y lo vive como se vive todo cuando uno apenas ha dejado de ser un niño, con exceso.

No es una canción “políticamente correcta”, lo se, en los tiempos que corren tal vez nadie se atrevería a radiarla, pero es que lo “políticamente correcto” le esta quitando la gracia a todo lo que tenía alguna gracia. Loquillo la retiró de su repertorio debido a las quejas de asociaciones feministas. Fue un momento de su dilatada carrera en el que daba la impresión de que por un motivo o por otro prácticamente todas las semanas anunciaba la retirada de algún emblemático tema de su también dilatado repertorio. Afortunadamente ha cambiado de opinión.

‘La mataré’ surge en la furgoneta en la que se desplazaban para hacer bolos, entre escucha y escucha de sendas cintas de Los Chichos, una letra preciosa, juvenil y excesiva, como todo en el rock, callejera y canalla, como todo en la rumba ochentera de la que bebe. Ritmo frenético e impresionante punteo de guitarra.

Yo también quise matarla a punta de navaja besándola una vez más…



La mataré - Loquillo y los Trogloditas
lunes, 19 de octubre de 2009

El ritmo del garaje

Cuando Loquillo regresó de cumplir el servicio militar, se encontró con que su fiel amigo Sabino no sólo le había estado esperando sino que incluso había reclutado miembros para una banda. También se encontró con una Barcelona inmovilista y aburrida, así que decidió probar suerte en Madrid con su nuevo grupo. Allí fueron acogidos por algunos miembros de lo que terminó llamándose “Movida”, “… los únicos que nos entendieron fueron Eduardo Benavente, Alaska, Iñaki de Glutamato Ye-yé y los Gabinete”. Ese fue el punto de partida de Loquillo y los Trogloditas, demasiado punkies para ser rockers y demasiado rockers para ser punkies. El paso del tiempo, en cambio, parece haberles dado la razón, tan equivocados no estarían.

Corría el año 1983 y la nueva banda: Loquillo y los Trogloditas, grabó el que fue su primer álbum como tales, con DRO y arropados por gente como: Olvido “Alaska” Gara, Ignacio “Poch” Gasca, Ana Curra, Ulises Montero y Julián Hernández. El disco se llamó “El ritmo del garaje” y contiene alguna de las más recordadas canciones de la banda, todas compuestas por Sabino Méndez. Entre ellas la incombustible ‘Cadillac Solitario’. De esta colección, mis preferidas tal vez son: ‘Pégate a mi’, ‘María’ y ‘No surf’; pero para estos post especiales dedicados a Loquillo voy a decantarme por los temas más reconocibles, así pues, he seleccionado la que da título al álbum, un interesantísimo dúo en el que Alaska le da la réplica a Loquillo. Un tema muy “teenager” como la mayoría de los que facturaba en aquel entonces Sabino Médez.

Atentos al saxo de Ulises Montero miembro de hecho de Gabinete Caligari (aunque nunca de derecho, puesto que la banda nació como trío y así permaneció hasta su disolución).


El ritmo del garaje - Loquillo y los Trogloditas
martes, 13 de octubre de 2009

El hombre de negro

Con motivo de la conmemoración de sus 30 años como músico, Jose Mª Sanz “Loquillo” ha vuelto a grabar una de sus canciones más emblemáticas ‘El hombre de negro’, versión del ‘Man in black’ de Johnny Cash, realizada por la mano derecha compositiva de Loquillo allá por los 90: Gabriel Sopeña. Sopeña es muy dado al folk norteamericano y eso se nota, no sólo en sus composiciones sino en la elección de las versiones y el tratamiento que les da. Este ‘El hombre de negro’ no es una excepción, musicalmente no difiere mucho de la que ideó Cash (un poco más acelerada y eléctrica, tal vez), y aunque en la adaptación de la letra al castellano no puede evitar dejarse matices fuera, se trata de una traducción bastante (según algunos en exceso) fiel a la original.

En esta versión de 2009 los arreglos son más rockeros y Loquillo se hace acompañar por tres grandes músicos y amigos: Jaime Urrutia, Andrés Calamaro y Enrique Bunbury. Se trata de la segunda ocasión en la que estos cuatro grandes del rock en castellano se reúnen en un estudio de grabación para registrar juntos un tema. En la primera ocasión fueron convocados por Urrutia para realizar una versión del ‘¿Dónde estás?’ de su primer álbum en solitario ‘Patente de corso’ (2002), lo cual propició no pocos comentarios acerca de una gira posible conjunta (se llegó a comparar el fruto de esta reunión con los míticos Travelling Wilburys de Harrison, Orbison, Lynne, Petty y Dylan) que al final no fue. Esta nueva reunión dispara nuevamente los rumores y aunque no faltan ganas por parte de los rockeros, resulta difícil cuadrar agendas.

El video clip realizado para la ocasión por Daniel Etura es extraordinario, todo un cortometraje que merece la pena ver. Rodado en los alrededores de Madrid, en plena llanura manchega, bajo un sol justiciero, narra el intento de fuga de tres presos tras un accidente del avión en el que eran trasladados. Por supuesto gozaran más de él los adeptos a la música de sus protagonistas.

Este ‘El hombre de negro’ en su versión 2009 se nos presenta como el adelanto del “box set” que el próximo 17 de noviembre llegará a las vitrinas de las secciones de música de los grandes comercios y de las tiendas especializadas que aun sobrevivan y que servirá de homenaje a estos 30 años de Loquillo. También con este motivo en Subid la Música dedicaremos los próximos post a algunas de las canciones más representativas (o no) de Loquillo.



El hombre de negro - Loquillo, Urrutia, Calamaro y Bunbury
viernes, 2 de octubre de 2009

Eche 20 centavos en la ranura

“A pesar de la sala sucia y oscura, de gentes y de lámparas luminosas, si quiere ver la vida color de rosa eche veinte centavos en la ranura…” así comienza el poema del argentino Raúl González Tuñón que sirvió al Cuarteto Cedrón, para recrear este tango de letra deliciosa cercana a los más oscuros locales portuarios de Mar del Plata en cuanto a contenido pero alejado de ellos en cuanto a forma. Se trata de una manera de entender el tango más moderna que la que en aquellos 60 en los que vio la luz esta canción (dentro del disco ‘Cuarteto Cedrón canta a Raúl González Tuñón’) se venía haciendo, pero a la vez más clásica. La letra es fresca y juguetona como en tiempos fueron los tangos, frescura que en aquel entonces se había perdido.

Juan “Tata” Cedrón es el lider de este combo tanguero que inició su andadura en el Buenos Aires de mediados de los 60. El conjunto desarrolló la mayor parte de su carrera (algó así como 30 años) en Francia y aún continúan en activo más de 40 años después. Cedrón compuso la música y adaptó la letra para dar forma a este tango que el propio Raúl González Tuñón, como digo, autor del poema que sirve de base para la letra, celebró.



Eche 20 centavos en la ranura - Cuarteto Cedrón

Sin embargo no me resisto a poner también la versión que me dio a conocer este tema, lo cual por otra parte, sienta un interesante precedente en este blog. No es ningún secreto mi gusto por el tango, sin embargo no fue sino hasta que escuché la recreación que Ariel Rot hizo de este clásico de Cedrón que no conocí sus composiciones, fundamentales para entender este género musical a finales del s.XX y por extensión en el s.XXI.



Eche 20 centavos en la ranura - Ariel Rot
miércoles, 9 de septiembre de 2009

Good vibrations

Existen canciones que están ahí desde siempre, que las has podido oír en múltiples ocasiones, las conoces y reconoces fácilmente, lo que viene a llamarse clásicos. Quizá es por eso que no se les presta demasiada atención, tantas veces las hemos oído y las tenemos tan a mano… Pero llega un día en que además de oírlas, te paras a escucharlas (no voy a venir yo ahora a dar lecciones de semántica, pero no es lo mismo oír que escuchar) y descubres matices que hasta entonces te habían pasado desapercibidos, descubres porque esa canción se ha abierto un hueco en la memoria colectiva. Esto fue lo que me paso a mi con la tema que hoy nos ocupa.

A finales de los 60 el éxito alcanzado por el grupo estadounidense The Beach Boys era comparable al de The Beatles. Pero por encima del grupo se encontraba un genio creador: Brian Wilson principal compositor, productor y arreglista. A él corresponden grandes clásicos de la banda como son: ‘Surfin’ USA’ o ‘California girl’. Si bien The Beach Boys como grupo se distinguían por las armonías vocales, Wilson quiso ir más allá influenciado por la riqueza compositiva de Lennon y McCartney. El resultado fue “Pet Sounds” uno de los mejores álbumes de la formación.

En 1966 la desequilibrada mente de este genio parió una de las mejores canciones de todos los tiempos: ‘Good vibrations’. Esta canción iba a formar parte de “Pet Sounds” pero Brian Wilson decidió dejarla fuera para dedicarle el tiempo necesario. Y vaya si lo hizo: 6 meses y 12 estudios de grabación diferentes empleó para esta canción, pero sin lugar a duda, todo ese esfuerzo mereció la pena.

Aprovechemos el poco verano que nos resta y recordemos mientras escuchamos esta magnífica ‘Good vibrations’ lo vivido en esos calurosos días estivales tan sólo apaciguados por la brisa de alguna remota playa…


Good vibration - The Beach Boys
lunes, 31 de agosto de 2009

Julia Reis

Loquillo y los Trogloditas habían puesto fin a la década de los 80 con el emblemático directo “A por ellos…” (1989) y afrontaban la nueva década con la ausencia en sus filas de Sabino Méndez, compositor de la mayoría de los éxitos de la grupo y uno de los principales autores de canciones de la década que acababan de abandonar. Parecían tenerlo todo en su contra, y sin embargo grabaron uno de sus mejores disco: ‘Hombres’ (1991) un éxito rotundo que consolidó a Loquillo y los Trogloditas en unos años 90 que, a la postre, resultarían bastante aciagos para la mayoría de las bandas que crecieron en los 80.

Con el disco casi terminado Loquillo recibe una cinta con una canción de un chico de Zaragoza. El “chico” en cuestión era Gabriel Sopeña, músico y poeta que tenía en su haber composiciones como ‘Apuesta por el Rock&Roll’ del grupo aragonés Más Birras, la canción: ‘Brillar y brillar’ (Loco no dudó un segundo en incluirla en su nuevo álbum). Ese fue el comienzo de una colaboración musical entre los dos artistas que dio como fruto el primer disco en solitario de Loquillo ‘La vida por delante’ doce poemas musicados por Gabriel Sopeña. Loquillo se quitaba la cazadora de cuero, e incluso el frac de “crooner” con el que ya había coqueteado y se acerca a la canción de autor en un momento en el que la banda necesitaba, según el propio José Mª Sanz, un tiempo para centrarse.

En este disco, que supuso una renovación del género, encontramos poemas de Octavio Paz, Pablo Neruda, Antonio Gamoneda y del propio Sopeña. Para mi se trata de una colección de canciones fundamental y puedo asegurar que irán desfilando una por una por Subid la Música.

‘Julia Reis’ es un trallazo de rock energético sobre un poema del jerezano José Mateos, que no deja un momento de respiro, pura vitalidad. Nostalgia, amores platónicos, veranos pasados y fiestas en pisos de estudiante. ¿Quién no ha conocido alguna vez a Julia Reis?



Julia Reis - Loquillo
lunes, 17 de agosto de 2009

Fever

Ya hace tiempo que dejaste atrás el umbral de la noche para meterte de lleno en eso que llamamos madrugada, territorio fronterizo en el que ya no es hoy pero tampoco mañana, en el que todo se vuelve una ensoñación o una pesadilla. El calor te impide conciliar el sueño, pero tampoco tienes ganas de dormir. Miras la luz que se filtra desde el exterior y se estampa contra el techo de tu habitación, buscando algo que no logras encontrar. Tu cabeza no deja de dar vueltas, todo se mezcla en una absurda receta en la que tienen cabida recuerdos, anhelos, esperanzas y mentiras. Hoy ponen la película de tu vida en las paredes de tu cuarto y tú la miras sin lograr verla. Por entre los visillos acompañada de una leve brisa que apenas te permite respirar brevemente, se cuela la banda sonora de la ciudad interpretada a base de sirenas, frenazos, voces, el arrullo de los neumáticos sobre el asfalto y las estridencias emitidas por el aparato de TV de algún vecino que como tú no puede dormir, pero al que, en cambio, no le gusta tanto el film que echan en su cuarto. Y sobre todos esos sonidos va tomando forma uno que termina imponiéndose al resto, al principio no es más que un eco formado por el latido de la noche, el zumbido del silencio, el propio calor que te envuelve y una voz que susurra cosas al oido, pero poco a poco va ganando intensidad silenciando todo lo demás. Es el ‘Fever’ de Peggy Lee que te envuelve y te traslada, que te reconcilia con la madrugada y pone fin a la emisión de hoy para llevarte a ese lugar donde no hay frío ni calor, donde no existe el verbo aburrir…



Fever - Peggy Lee
viernes, 24 de julio de 2009

La canción del verano 1981: Branquias bajo el agua

En 1981 después del susto con el que se empezó el año la cosa en España no estaba para experimentos y la que se alzó con el dudoso título de “canción del verano” fue una adaptación de un tema suizo de los años 50 que había visto ya cientos de versiones en diferentes idiomas. En nuestro país vino a llamarse 'El baile de los pajaritos' y su popularidad adquirió una dimensión inexplicable.

Pero existe un mundo dentro de este mundo en el que la canción del verano fue la psicotrópica 'Branquias bajo el agua' de los demenciales Derribos Arias.

El germen de Derribos Arias lo encontramos en La Banda Sin Futuro grupo vasco formado a finales de los 70 por Ignacio “Poch” Gasca, Alejo Apberdi y Paul. Poch compaginaba su militancia en La Banda Sin Futuro con Ejecutivos Agresivos. Fueron precisamente sus contactos en Madrid los que propiciaron que el grupo actuase alguna que otra vez en la capital.

Ya en 1981 Poch y Alejo se trasladan a Madrid para dar forma a Derribos Arias dejando aparcado el proyecto de La Banda Sin Futuro.

En palabras del propio Alejo Alberdi, si quisiéramos definir a Derribos Arias con una sola palabra, esta sería caos. Y en el mismo centro de ese caos, motor inspirador del mismo, se encontraba Poch, un personaje extravagante y excesivo, con un sentido del humor surrealista y plagado de tics. Resulta imposible dibujar las fronteras entre la persona y el personaje, entre la enfermedad y la locura. Sus composiciones eran asombrosas y las letras reflejaban su surrealista e intrincada forma de pensar y se hallaban plagadas de esos tics que colaba en sus conversaciones.

Portada de 'En la guía en el listín' primer LP de Derribos Arias

Derribos Arias tuvo un magnífico estreno. Triunfan en el V Concurso de Rock Villa de Madrid, se presentan como adalid de las autodenominadas Hornadas Irritantes, son asiduos en la radio y aparecen en el programa de TV “Pista Libre”. Los Derribos Arias comienzan a aberrar a nivel nacional con sus canciones.

Después de los primeros singles sacan un LP en el que se confirma el talento de Poch. Las actuaciones se suceden, pero Derribos Arias tienen una forma particular de concebir la música: a ellos no les gusta tocar siempre igual las canciones. Como consecuencia directa de esto tenemos que sus conciertos podían ser apoteósicos o un completo desastre que aburría hasta a las piedras. Todo dependía del día que tuvieran los intérpretes.

En 1984 lanzan un segundo disco denominado 'Disco Pocho' bastante más flojo y con el que pierden toda credibilidad. Es la gota que colma el vaso de las excentricidades y la inaccesibilidad de la propuesta musical de Poch. Esto supondría el fin de la formación.

A partir de ese momento Poch empieza a editar discos bajo este nombre (después como Poch Piza y finalmente como Ex-Poch Pinza), el primero de ellos 'Poch se ha vuelto a equivocar' (sólo el nombre del disco ya me parece una genialidad) con un éxito fuera de todo pronóstico. Su trayectoria de ahí en adelante es más que irregular, cada vez está más descontrolado se autoimpone el título de “Marqués del Tendedero Alto y Bajo”. Edita algún disco más, pero lo enfermedad va haciéndose con el control de su cuerpo hasta que se ve incapacitado para seguir interpretando las piezas que su iluminada mente pare.

Portada del LP 'El chico más pálido de la playa de Gros'

En 1991 se le rinde un sincero homenaje con el fin de ayudarle a través de 'El chico más pálido de la playa de Gros' disco con dibujos de El Hortelano y fotografías de Oukalele y en el que se registran una veintena de las canciones compuestas por Poch e interpretadas por grupos como Gabinete Caligari, Décima Víctima, Fangoria, La Frontera, Esclarecidos,… muchos de los cuales se encontraban en ese momento en la cresta de la ola (otras tantos ya desaparecidos se reunieron para la ocasión).

El 18 de septiembre de 1998 fallece en San Sebastián el inclasificable Ignacio Gasca a consecuencia del corea de Huntington, enfermedad neurodegenerativa hereditaria que se le diagnosticó en su juventud.

Con su muerte se perdió un genio creador demente que inventó temas como este 'Branquias bajo el agua', magnífica canción del verano del 81 de ese universo paralelo en el que lo importante es el talento y la originalidad de las propuestas.



Branquias bajo el agua - Derribos Arias

viernes, 17 de julio de 2009

La canción del verano 1980: Mari Pili

Hay muchas cosas en las que jamás nos pondremos de acuerdo los seres humanos y una de ellas es en decidir cual es la canción del verano, ese casi siempre infumable tema que se cuela en nuestras vidas a nuestro pesar, como las moscas. A estas canciones pegadizas que terminamos canturreando inconscientemente los alemas las llaman “ohr wurm” (gusano de oído). Se meten en nuestros cerebros por alguna fisura y se instalan ahí hasta que son desalojadas por otra de similares características.

Asumiendo pues que difícilmente llegaremos a un consenso a este respecto y teniendo en cuenta mi afición por eludir la obviedad os propondré en esta y en sucesivas entregas cual fue o debería haber sido a mí entender la canción del verano en diferentes años en nuestro país.

Empezaremos por 1980. En aquel entonces, en Madrid se abrían nuevas salas de conciertos. Una de las muchas que había era “El Escalón”. Allí tocaron un día un grupo imposible de amigos unas canciones cargadas de ritmo e ironía. Al día siguiente José Manuel Costa escribió una crítica de ellos en El País. Al siguiente recibieron la visita de las compañías discográficas. El cuarto día ya habían fichado con Hispavox y el quinto estaban grabando la que sería canción del verano de ese 1980 (al menos para mí). Así de vertiginosamente ocurrían las cosas.

El grupo se llamaba Ejecutivos Agresivos hacía ska y estaba formado por: Juan Luís Vizcaya a la batería (sustituido en alguna ocasión por Edi Clavo), Paco Trinidad al bajo (que una vez disuelta la formación organizó las llamadas “Hornadas Irritantes” y posteriormente se convirtió en productor de infinidad de grupos como Hombres G, Duncan Dhu Ronaldos, Enemigos,…), Carlos Entrena como voz solista aunque escondida tras un flanger de guitarra (después pasó a cantar en Décima Víctima, ya sin artificios), Poch al cargo de un sintetizador Korg y de los teclados (singular personaje que daría forma al grupo Derribos Arias), Jaime Urrutia a la guitarra solista (que pasó a liderar Gabinete Caligari) y Jorge Cuní con la rítmica.

Portada del single 'Mari Pili'

Como grupo permanecieron en activo durante algo más de dos años, de los cuales año y medio estuvieron en Hispavox. En ese tiempo tan solo vieron la luz dos singles, el segundo de los cuales no fue tan siquiera promocionado, pues hartos de la compañía discográfica, los Ejecutivos Agresivos ya habían anunciado su disolución.

El primero de los singles que sacaron si recibió en principio un importante apoyo por parte de la compañía. Se trataba de una canción fresca con una letra cargada de una fina ironía que la discográfica no supo entender y se lanzó como canción del verano. Sonaba en todas las radios, y los miembros del grupo se vieron inmersos en una campaña de promoción aberrante y agotadora. Descubrieron el circo de la música y como las listas de éxito no están influidas sólo por las ventas.

Una serie de desplantes por parte del grupo a la compañía y ciertas disputas internas entre de los directivos de la misma hizo que el grupo cayera en desgracia y aquel verano no se reeditó el disco, de modo que aunque lo podías oír en todas las emisoras de radio, no se encontraba en las tiendas de disco.

La carrera musical de este grupo formado por otra parte por algunos de los más importantes personajes de la música pop española de los 80 fue un desastre. Su cantante, Carlos Entrena hace una magnífica crónica de las aventuras y desventuras de esta formación en su web. En cualquier caso parieron algunas de las canciones más divertidas de la “nueva ola” entre ellas, o especialmente, este 'Mari Pili' que fue, sin lugar a dudas la canción del verano de 1980.



Mari Pili - Ejecutivos Agresivos

viernes, 3 de julio de 2009

Barquito de nuez

‘Barquito de nuez’ es una canción original de Francisco Gabilondo Soler “Cri crí”, popularizada por “Los Payasos de la Tele” (es decir Gaby, Fofó y Miliki) y que yo le cantaba y aun le canto a mi hijo para dormir en la versión realizada por Los Chulis (grupo liderado por Bunbury en el que de manera esporádica y por mero impulso graban versiones de toda índole). A él le gusta mucho y la escucha incansablemente en el radio-CD del coche.

¡Felicidades campeón!




Barquito de nuez - Los Chulis
lunes, 29 de junio de 2009

Billie Jean

Hace unos días murió otro de los mitos del pasado s.XX. Sirva esto de pequeño homenaje a la figura de Michael Jackson, artista polifacético, cuyo talento se vio eclipsado por una personalidad excéntrica y una vida marcada por la polémica y la controversia.

Inició sus pasos junto con sus hermanos haciendo pop bailable dentro de la fábrica de éxitos que supuso la Motown, para adentrarse posteriormente en el funk-rock e incluso la música disco. Considerado el rey del pop es junto con Prince el mayor icono negro del post soul. Esto no lo digo yo, sino Luis Lapuente, tal vez la máxima autoridad en música negra de nuestro pais, quien también lo considera uno de los mayores talentos del soul.

Este tema que os propongo de Michael Jackson es de sobra conocido por todos. De hecho la interpretación que de él hizo en especial que con motivo el 25 aniversario de la Motown se realizó, supuso el espaldarazo definitivo para la ya exitosa carrera del artista. Sin más, pues poco puedo añadir yo sobre la figura de "Jacko", les dejo con 'Billie Jean'.



Billie Jean - Michael Jackson
viernes, 26 de junio de 2009

Spider-Man

Para poner fin a esta espiral de nostalgia que me está transportando a unos rincones de mi memoria musical inusitados, hoy os traigo un tema, escrito por el oscarizado Paul Francis Webster y compuesto por Robert Harris en 1967, que se ha convertido en un estandard de la música americana, muy popular y con infinidad de versiones. Se trata del tema de la serie de dibujos animados (de ese mismo año 1967) Spider-Man.

Al oírla me traslado ya no a esas meriendas frente al televisor, sino a las largas tardes de veraneo estival en las que devoraba insaciable tebeos del “Asombroso Spider-Man” (de los publicados en los 70 por Vértice) que compraba al módico precio de “3 tebeos 20 duros” en la calle comercial del pueblo en el que pasábamos mi familia y yo gran parte de las vacaciones.

Como ya digo existen multitud de versiones de este clásico, que además se han multiplicado con las exitosas producciones cinematográficas que sobre el arácnido personaje se han llevado a cabo. Aerosmith, Apollo 440, Michael Bublé o The Ramones aportan su punto de vista al tema. Podéis encontrar un listado bastante completo de versiones de esta canción y escucharlas en el siguiente enlace:


Os recomiendo especialmente la realizada por Tim Tamashiro, aunque a continuación podréis disfrutar de la hicieron en 1995 The Ramones, pues es la que al fin y al cabo me empujó a escribir sobre el tema que hoy nos ocupa.


Spider-Man - The Ramones
viernes, 19 de junio de 2009

Waltzing Matilda

Veo un anuncio por televisión y me inunda nuevamente la nostalgia, esa amiga ñoña y taciturna de la memoria que nos pone en la boca una mueca a medio camino entre la sonrisa y el congojo. El anuncio es de telefonía y la canción me transportó repentinamente a un punto indeterminado de mi infancia en el que me encontraba nuevamente sentado ante mi aparato de televisión, viendo una serie infantil australiana que usaba como sintonía la misma canción que el mencionado anuncio. Si bien la serie me gustaba, más me gustaba la música que utilizaban en los créditos.

La canción de la que hablo, es ‘Waltzing Matilda’, aunque la que aparecía en “El Valle Secreto” era una versión con la letra modificada para adaptarla a la línea argumental de la serie.

‘Waltzing Matilda’ es el himno oficioso de Australia, cuya primera puesta en escena tuvo lugar en 1895. Se atribuye la autoría de la misma al poeta y periodista australiano Andrew Barton Paterson (también conocido como “Banjo”), aunque este punto no está del todo claro. Según dicen, la música fue compuesta por Christina MacPherson (parece ser que basándose en una tonada popular más antigua) y el poema que sirve de letra para la misma fue lo que realizó “Banjo Paterson” a partir de un cuento que le explicó la propia Christina.

La canción, escrita utilizando la jerga australiana de la época, nos viene a contar la historia de un vagabundo perseguido por la justicia por robar una oveja y que prefiere morir ahogado en un río antes que ser atrapado. Sin embargo, tampoco hay consenso en lo referente a la interpretación de lo que dice el texto, puesto que tras este cuento del vagabundo ladrón de ovejas, muchos ven la lucha del pueblo contra el poder y el sistema que les oprime. Para agregar más confusión si cabe, parece ser que originalmente el poema trataba sobre el arresto de un líder sindicalista durante la huelga de esquiladores, y que posteriormente Paterson lo modificó, aunque tampoco esta del todo claro este punto.

En cualquier caso se trata de una canción con mucho arraigo en Australia. Propuesta, pero no aceptada como himno de la nación, se ha terminado convirtiendo, como ya he dicho, en el himno no oficial de la misma.

Pero volvamos al anuncio. Los maquiavélicos creativos consiguen apelar a mi infancia utilizando una versión de este tema interpretada por niños (como en la serie que me la dio a conocer). Hay otras muchas llevadas a cabo por artistas de lo más variopinto como la de Tom Waits o la de Bon Jovi (ambas interpretadas en directo) pero yo os pienso torturar con la hacen los niños de “Countdown Kids” y que ha provocado ese acceso de nostalgia en mi. Por si no tenéis suficiente con el anuncio aquí tenéis ‘Waltzing Matilda’ en las inocentes y angelicales voces de estos niños.


Waltzing Matilda - Countdown Kids
jueves, 4 de junio de 2009

Sueños en TV

Entre 1984 y 1988 hubo un programa de televisión que sin duda dejó una huella indeleble en la mayoría de los niños de mente inquieta que tuvimos la oportunidad y fortuna de verlo con asiduidad, y que nos hace singulares. Somos la generación que desayunaba los sábados con ‘La Bola de Cristal’ y este hecho en apariencia insignificante se ha revelado con el tiempo, en cierta forma, como diferenciador.

Con el "revival" de los 80 que hemos estado viviendo desde hace unos años, el fácil acceso a archivos de vídeo que nos proporciona Internet y las reediciones en DVD, esto se ha diluido un poco. Pero a finales de los 90, cuando no contábamos con nada de eso, mencionar este programa en una reunión de amigos de mi generación suponía, en muchos casos ,un torrente de recuerdos aislados que brotaban de la memoria de unos y otros y que se entrelazaban atropelladamente como piezas dispersas de un puzzle.

Mucho se podría hablar de este hito irrepetible de la televisión española, fruto de una coyuntura cultural muy particular. Pero pienso que no es este el foro adecuado para ello.

Por ‘La Bola de Cristal’ pudimos ver pasar prácticamente a todo el que era alguien (e incluso a algunos que no le eran) dentro del panorama musical independiente de Madrid y “provincias”. Fueron multitud las canciones que tuvieron cabida en las ondas gracias a este programa. De entre ellas hoy quiero destacar una que, tal vez, dentro del maremagno musical que supuso el programa, pasó un poco desapercibida. Se trata de ‘Sueños en televisión’ concebida he interpretada por un Santiago Auserón en plena ascensión al estrellato con su banda Radio Futura y que, como otras cuantas canciones que se dejaron oír esas mañanas de sábado, fue escrita expresamente para el programa. Al contrario que temas como ‘No se ría’ o ‘La bola de cristal’ más orientados al público al que, en principio se dirigía la emisión, esta canción es, musicalmente y en cuanto a texto, más adulta. Se encuentra plagada de guiños y metáforas, algo que no solo no extraña en Santiago Auserón, sino que siempre ha sido la tónica general en sus composiciones. Ningún verso de la letra de esta canción es azaroso y en todos ellos se puede encontrar una intención, ya desde la primera frase, haciendo clara referencia al parpadeo propio de los aparatos de televisión.

Desde mi punto de vista la canción no ha perdido frescura con el paso del tiempo y el videoclip es impagable, muy en el estilo de las realizaciones que solían llevarse a cabo en ‘La Bola de Cristal’ (fue uno de los primeros que se hicieron para este programa) y con un Santiago Auserón sobreactuando y destilando chulería.


Sueños en TV - Santiago Auserón
miércoles, 27 de mayo de 2009

Girl, you’ll be a woman soon

“Girl, you’ll be a woman soon...” así cantaban Urge Overkill en 1994 de manera casi obsesiva dentro de mi cabeza, en aquel año en el que todo ocurría muy deprisa y al mismo tiempo parecía no cambiar. Aquel año en el que el futuro se precipitaba sobre nosotros con intención homicida. Todo era trascendental, decisivo, definitivo y a un tiempo todo carecía de la más mínima importancia. Y en mi cabeza seguía sonando insistentemente aquella canción.

Años antes, en 1967 Neil Diamond (su autor) ya había entonado ese “Girl you’ll be a woman soon...” que mi cerebro no paraba de repetir. Yo ignoraba este punto. También ignoraba quienes eran aquellos tipos con aspecto de acabar de despertar de un largo sueño de 20 años y que desde un escenario sobre uno de esos barcos turísticos que surcan los ríos de incontables ciudades, me cantaban a mi directamente.

De nuevo una canción que habla (en primera persona) sobre un "outsider" (quién no se ha sentido alguna vez así).

De nuevo una canción más recordada por la versión o el “cover” que por el original.

No se ha tratado el asunto directamente en este blog, pero tampoco es la primera vez que pongo una canción a la que le ha sucedido algo similar (‘The man who sold the world’, ‘Brand new Cadillac’). Canciones de las que, en muchas ocasiones se desconoce su autor original y se vinculan directamente al artista o grupo que ha realizado la versión. De este tema podríamos hablar largo rato e ilustrarlo con múltiples ejemplos, que en algunos casos nos llegarían a sorprender, pero no es momento para ello.

“Oh, girl, you’ll be a woman soon, please come take my hand...” era un grito sordo en un tiempo en el que el bullicio no nos permitía escuchar nuestros propios pensamientos. La oigo hoy de nuevo y me transporta brevemente a esos años que afortunadamente acontecieron, pasaron y no volverán.


Girl, you'll be a woman soon - Urge Overkill
miércoles, 13 de mayo de 2009

Ángel de Orión

Ayer 12 de mayo de 2009 murió, a los 51 años de edad Antonio Vega. Uno de los más reconocibles y reconocidos autores de aquello que con el tiempo se ha venido a conocer como “Movida”. Lideró o colideró durante unos años la banda Nacha Pop. De esa época provienen la mayoría de los temas que casi todos podemos enumerar de él: ‘La chica de ayer’, ‘Lucha de gigantes’, ‘Una décima de segundo más’, ‘Se dejaba llevar’… De su también dilatada carrera en solitario, tal vez la canción más recordada sea ‘El sitio de mi recreo’.

Sus más recientes apariciones en los medios, su vuelta a la carretera con Nacha Pop o sus intervenciones como colaborador con artistas de toda índole pueden dar lugar a polémica (algunas de estas colaboraciones no se entienden demasiado), pero aun considerando como lo hago que tanto él como Enrique Urquijo se encuentran sobrevalorados frente a otros autores de su misma generación (esto no es culpa de ellos, sino, como viene siendo habitual de los medios), hemos de mostrar el mayor de los respetos ante un artista como éste que, hasta el último momento, estuvo haciendo lo que mejor sabía: componer e interpretar canciones (y muy bien por cierto).

No cabe discusión sobre la valía como autor e intérprete de Antonio Vega que, a todas luces, se encuentra fuera de duda, pero quizá, como les ocurre y ocurrió a otros compañeros de profesión, han pesado mucho los éxitos de juventud, que grabados en la memoria de todos han impedido prosperar a otros temas nuevos de igual o incluso mayor calidad pero carentes de esa valor añadido que, nos guste o no, aporta la nostalgia.

Sea por mi empecinamiento en desmarcarme en la medida de lo posible de lo esperado, sea por aportar lo que esté en mi mano en la lucha contra la sordera de los medios, me niego a poner, por ejemplo, ‘La chica de ayer’. En recuerdo de Antonio Vega y para que sus más recientes creaciones tengan también un hueco en nuestra memoria, hoy os propongo un tema del que a la postre a resultado ser último disco editado por el madrileño, ‘3000 noches con Marga’ (de 2005 y dedicado a su compañera Marga del Río, fallecida en 2004) titulado ‘Ángel de Orión’ fue el primer single de este álbum y es, probablemente, una de las mejores composiciones que aparecen en él.



Ángel de Orión - Antonio Vega
miércoles, 6 de mayo de 2009

Brand new Cadillac

Ziggy Stardust, alter ego creado por David Bowie para su disco conceptual ‘The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars’, existió realmente y su nombre era Vince Taylor. Vince fue un excéntrico cantante de rockabilly, fuertemente influenciado por Eddie Cochran y Gene Vincent que con una imagen impactante (enfundado en cuero negro y maquillado) interpretaba canciones entre movimientos espasmódicos. Su adicción a la droga y el alcohol le convirtieron en un personaje desequilibrado que, tan pronto pretendía evangelizar al público durante una de sus actuaciones creyéndose San Mateo, como aseguraba poder enumerar los lugares de la Tierra donde aterrizarían los extraterrestres. Si bien, esto fue durante su caída como estrella de rock, a finales de los 60 y durante los 70. Pero como Ziggy Stardust, Vince Taylor , cuyo verdadero nombre era Brian Maurice Holden, tuvo su ascenso a finales de los 50 con la grabación de la más recordado y reconocible de sus canciones ‘Brand New Cadillac’ y sobre todo a principios de los 60, momento en el que tomo forma definitiva su personaje de Vince Taylor durante una actuación con su banda que redundó en un contrato de seis años con el sello Barclay.

Vince Taylor, o mejor dicho Brian, fue un tipo con una suerte extraordinaria y con un tesón aún más extraordinario por arruinar las oportunidades que la fortuna le otorgaba. Nacido Gran Bretaña, en el seno de una familia de escasos recursos económicos, pronto emigraron a EEUU instalándose en la ciudad de Nueva Jersey, contando Brian con tan solo siete años. El primer golpe de suerte le llegó cuando su familia emparentó con Joseph Barbera (copropietario de la productora Hanna-Barbera) al contraer su hermana matrimonio con él. Fue Joseph Barbera el primero que le dio una oportunidad a Brian, llevándoselo a Londres, donde la escena rock estaba en plena efervescencia. Allí montó una banda llamada The Playboys, con la que grabó sus primeros singles, de escasa repercusión en cuanto a ventas. Fue entonces cuando Brian decidió cambiar su nombre por el de Vince Taylor, y también fue entonces cuando su impredecible personalidad consiguió que la banda que había formado le abandonase, por primera, pero no por última vez.

El mito se estaba fraguando. Su hasta entonces banda (que había cambiado su nombre por The Bobby Clark Noise) había conseguido una actuación en al teatro Olimpia de París y Vince, echando a un lado su orgullo, les pidió actuar con ellos. Los miembros de la banda aceptaron. Vince Taylor salió a escena con la imagen con la que a partir de entonces sería recordado (cuero negro de cabeza a los pies) y se comió el escenario. Ese día les llegó el estrellato, recorriendo Europa como Vince Taylor & his Playboys los siguientes dos años realizando, principalmente, versiones de clásicos del rock&roll.

Ese fue el ascenso. Pero los sucesivos desplantes a su banda y sus adicciones destrozaron la carrera de Vince Taylor. No fue por falta de oportunidades, ya que en 1969 el sello que le vio triunfar, Barclay, le permitió grabar nuevamente e incluso le consiguió actuaciones hasta que a mediados de los 80 se retiró a Suiza, donde trabajó como mecánico de aviones hasta su muerte en 1991. Pareciera como si se hubiese empeñado una y otra vez en acabar con su fama, o quizá en multiplicarla y convertirse en mito (o más probablemente lo único que hizo fue sencillamente vivir, sin plantearse esto o aquello).

‘Brand New Cadillac’ (1958) es tal vez el mayor éxito a nivel compositivo de Vince Taylor. Se anticipó un poco a su época por estilo y también por sonido, algo más duro de que lo que se venía escuchando a finales de los 50 en Europa. Es probablemente debido a eso que no obtuviese grandes ventas cuando se editó como single. Sin embargo, con los años, ha sido mitificado y versionado por bandas de toda índole como The Clash en su LP ‘London Calling’ (1979) y, ya aquí en nuestro país, por unos jovencísimos Loquillo y los Trogloditas que la incluyen en su álbum de debut ‘Los tiempos están cambiando’ (1980) con el nombre de ‘Cadillac’ o Gabinete Caligari que grabaron una versión instrumental en directo de este tema en 1985.

Podríamos considerar ‘Brand New Cadillac’ como el primer gran hit del rock&roll europeo.



Brand new Cadillac - Vince Taylor
jueves, 30 de abril de 2009

Frases de transbordo

No son estos chicos de Marvin Green unos recién llegados al mundo de la música, y eso se nota al verlos tocar en directo. Llevan algunos años acumulando experiencia en formaciones de dispar repercusión. Pero si que son unos recién llegados en mi universo sonoro y eso es novedad en este blog donde, normalmente, trato canciones que de un modo u otro han formado o forman parte de mi vida. ¿A qué obedece esta excepción? Muy fácil, en esta ocasión el flujo está funcionado en sentido inverso. Es a través de un antiguo compañero de viaje, miembro de la banda, que su música llega a mí.

Por supuesto esa no es la razón por la que Marvin Green aparecen en Subid la Música, esa es la causa, la razón se encuentra en las canciones. Pop-rock contemporáneo con influencias soul, blues y folk. Tienen un directo muy vibrante al que he tenido la oportunidad de asistir y del que entre otras cosas puedo decir dos: que son unos músicos de destacada profesionalidad y que hubo un momento en el que era imposible no ponerse a mover los pies con el ritmo que transmitían.

La trayectoria musical de los miembros de Marvin Green viene de lejos, sin embargo, como tales comienzan su rodaje en 2008 registrando en 2009 su primer EP: ‘No pasa nada’ integrado por seis temas que sirven de perfecta carta de presentación del grupo y entre los que destaca el que da título al trabajo, tal vez el más luminoso de todos, con una impronta soul muy interesante. Sin embargo, como me gusta, en la medida de lo posible, no caer en la obviedad, os traigo el cuarto tema del EP de Marvin Green, ‘Frases de transbordo’, una canción que me ha gustado especialmente.

Disfruten sin prejuicios de este grupo y si tienen la oportunidad de verlos en directo no duden en hacerlo.




Frases de transbordo - Marvin Green
miércoles, 22 de abril de 2009

Después de brindar

No se si alguna vez lo he dicho, pero me encantan las canciones cinematográficas (yo las llamo así). No me refiero a las canciones que se basan en películas, no (qué sentido tendría una afirmación de estas características), estoy hablando de las canciones que en sí son una película. Canciones que te cuentan una historia de forma tal que te pareciere estar viendo un film. Son temas que te envuelven y trasladan, que te narran una sucesión de acontecimientos con asombrosa maestría. Carlos Berlanga era muy dado a este tipo de composiciones (de casta le viene al galgo, dice algún maldito refrán...) de su repertorio acuden a mi memoria ‘Deseo carnal’ (deliciosamente decadente), ‘Perlas ensangrentadas’ u ‘Otra dimensión’ (es como estar viendo una película de serie B)…

‘Después de brindar’ se puede englobar en este tipo de canciones. Compuesta por Ariel Rot para ‘Hablando solo’ (1997) su álbum de regreso como solista tras la fructífera aventura de Los Rodríguez, nos cuenta una historia, o una porción de una historia, a través de una letra cuidada y plagada de detalles que le confieren profundidad a la narración y que consiguen trasladarte al escenario en que se desarrolla. Según el propio Ariel, la letra surge de una frase que su padre dijo durante un viaje a Cuba y que se le grabó en la memoria: ‘a veces, los sueños de los padres son las pesadillas de los hijos’. Aparte de todo esto se trata de una canción que me impactó desde la primera escucha, en su versión acústica, que es la que a continuación podéis escuchar. Esta versión pertenece a un disco grabado en agosto de 2003 como preparación para una gira por teatros y que apareció incluido en una reedición de ‘Lo siento Frank’.

No quiero añadir mucho más, sólo os pido que disfrutéis os emocionéis y dejéis llevar por esta canción, sencilla y directa. Escrita con un lenguaje cercano que nos mete de lleno en sus entrañas y nos envuelve. Con un clímax y un desenlace como pocas veces he tenido oportunidad de oír y recreada con poco más que una guitarra un piano y como no la voz de Ariel.

Después de brindar - Ariel Rot
viernes, 10 de abril de 2009

Gólgota (entre dos ladrones)

“Gólgota (entre dos ladrones)” en un tema de corte instrumental, incluido como cara b (junto a “La vida es cruel”) de “Obediencia y nada más”, single auto-publicado en 1982 por Gabinete Caligari en plena etapa post-punk. Se trata de un tema menor, desconocido incluso para muchos aficionados a la música del trío madrileño. Se reeditó en el recopilatorio que DRO sacó del grupo dentro de su serie “Héroes de los 80” y con posterioridad en el cd “Sombras Negras” que incluía todos los cortes que el grupo grabó dentro de la onda siniestra (que fue como se denominó a este estilo en su época).

Una rareza dentro de las rarezas del grupo, pero dado que el título hace referencia al monte Gólgota, donde según cuenta la tradición Cristiana el Mesías fue crucificado y puesto que nos encontramos en plena Semana Santa, consideré oportuno dar a conocer esta pieza.

Siempre me ha fascinado cómo suena la batería de Edi Clavo en este tema. Hipnótica.



Gólgota (entre dos ladrones) - Gabinete Caligari
miércoles, 8 de abril de 2009

The man who sold the world

La primera mitad de los años 90 son un poco extraños en lo musical. En nuestro país languidecían los héroes de los 80 sin que se llegue a producir relevo generacional alguno por parte de unos grupos indie que no terminan de cuajar. La escena británica se encuentra totalmente agotada y trata de mantener el tipo con grupos que no terminan de convencer. El único punto en el que parece florecer algo novedoso es en los EEUU, concretamente en Seattle, en el estado de Washington. Allí tiene lugar la eclosión de un sonido proveniente del indie, con claras influencias del punk e incluso del metal. Un sonido crudo, lleno de distorsiones y melodías repetitivas, se trata del grunge. Este estilo musical realmente tiene su origen en los años 80, pero no tiene repercusión hasta los primeros 90, en los que se da a conocer a las masas de la mano de bandas como Soundgarden o Nirvana. Pero la industria, ávida como estaba de novedades, fagocitó el género y lo devolvió convertido en un producto comercial con el que vender desde refrescos hasta coches. Esto supuso el fin del grunge, pues, convertido en moda, sus días estaban contados.

Este fenómeno de transformación de movimiento musical alternativo en producto comercial para consumo de masas lo sufrió de manera muy personal Kurt Cobain, líder de Nirvana que, que con serios problemas de adicción y una personalidad compleja no pudo soportar la presión de los medios. El 8 de abril de 1994 Kurt Cobain es encontrado en su casa después de haber puesto fin a su vida de manera voluntaria.

Kurt Cobain uno de los bastiones del sonido Seattle, ascendido a la categoría de mito por todo lo que rodea a su temprana muerte, es recordado, lamentablemente para él, por un concierto acústico que grabó en Nueva York para la MTV (de lo cual se arrepintió en posteriores declaraciones) y más concretamente por una versión que hizo en él de “The man who sold de world” de David Bowie, que no sólo no desmerece al original si no que para algunos (no me incluyo entre ellos) supera a la que en 1972 grabó el propio Bowie. Personalmente considero ambas versiones a la misma altura, si bien, conocí este tema a través del cover que Cobain interpretó en dicha grabación de 1993 con Nirvana. Disfruten de la desgarradora y melancólica interpretación que realiza de este clásico uno de los más recientes mitos del rock&roll.



The man who sold the world - Nirvana
Blog colectivo sobre música, ecléctico por definición, en el que, a modo de viejos locutores de radio, cada cual pincha y comenta sus temas musicales favoritos.

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